Investigadores del Laboratorio de Biología del CECs, en Valdivia, desarrollaron un experimento que muestra que los efectos de la exposición a un ambiente enriquecido quedan registrados en el ADN y favorecen el proceso de aprendizaje dependiente de la experiencia.
El reciente trabajo se inserta en el debate que busca establecer si nuestras características están determinadas genéticamente o si las adquirimos de nuestro entorno a través de las experiencias. En este contexto el equipo de investigación liderado por el Dr. Bredford Kerr se dispuso a indagar experimentalmente cómo se adquiere información desde el entorno y de qué manera logran estas características mezclarse hasta el interior de nuestro genoma y formar parte de nuestra biología.
Para comprender esto se expusieron ratones a un ambiente enriquecido con juguetes, laberintos y objetos que fueron diariamente cambiados, y se los comparó con ratones mantenidos en un ambiente estándar. «Pudimos observar que en los ratones que tuvieron la experiencia del ambiente enriquecido, quedó registrado en el ADN, dirigiendo la expresión de genes que permiten a las neuronas formar un mayor número de conexiones. Los animales incapaces de leer la información registrada en el ADN no lograron formar nuevas conexiones», señala el Dr. Rodrigo Torres , primer autor del paper.
El Dr. Kerr indicó al respecto que “hasta hace unos años atrás, se consideraba que los cambios químicos en el ADN estaban sólo asociados al silenciamiento de genes en el transcurso del desarrollo. Sin embargo, existen muchos cambios químicos en el ADN que lejos de ser permanentes, son dinámicos y ocurren a lo largo del toda la vida de un individuo”.
El trabajo de investigación fue recientemente publicado en la revista científica “Frontiers in Molecular Neuroscience” y destacado en la web del Centro de Estudios Científicos CECs www.cecs.cl