Tras evidenciar los daños que un grupo de sujetos ocasionó a los vidrios que resguardan al Péndulo de Foucault en la ciudad, el Centro de Estudios Científicos (CECs), realizó nuevamente la reparación de sus cristales, esto con el fin de mejorar el aspecto de uno de los mayores atractivos turísticos de la ciudad.
Durante abril de 2011, en la ciudad de Valdivia, se inauguró la “Costanera de la Ciencia”, proyecto que comenzó a gestarse tras el terremoto del 27 de febrero de 2010, que destruyó gran parte de la costanera valdiviana. El elemento central de la remodelación es el Péndulo de Foucault, el cual ha sido víctima reiteradas veces de actos de vandalismo, siendo contantemente restaurado por el CECs.
El último daño ocasionado al hito clave de la “Costanera de la Ciencia” fueron las marcas de un ácido en los vidrios que resguardan al péndulo, el que fue imposible retirar de sus cristales, por lo cual este viernes 3 de noviembre dichos vidrios fueron remplazados.
Al respecto, Fernando Basilio, arquitecto en residencia del CECs, indicó que “producto de sucesivos actos vandálicos iniciados en junio de 2011 con la rotura de las puertas, la plataforma con la Rosa de Los Vientos y el mismo Péndulo, la estructura liviana y transparente se encuentra con un importante daño en el sistema de puertas (quicios y cerradura) y 4 caras de cristal laminado con rayados y perforaciones. Los muros perimetrales de la base y la estructura metálica son constantemente rayados”.
El Péndulo de Foucault fue un obsequio del Centro de Estudios Científicos (CECs) a Valdivia, transformándose en un atractivo de la costanera valdiviana y en el primer péndulo más austral del mundo.
En lo que respecta a la restauración de los cristales del péndulo, Basilio señaló que “conscientes de la importancia del espacio público y de su contenido para la consolidación de un entorno de mayor calidad es que las reparaciones están también en ejecución con financiamiento total del CECs. Se considera el cambio y resellado de 4 cristales de la base, sistema de fijación y cierre de puertas, cambio de iluminación y limpieza de rayados”.
Finalmente, Fernando Basilio hace un llamado respecto a la propiedad pública y el espacio colectivo “estos deben ser mirados como la extensión de nuestro propio espacio privado y no como tierra de nadie en el que el descuido, mal uso e indiferencia es la tónica. El ataque de 2011 de estudiantes de educación superior inconscientes y desarraigados queda en la memoria como un mal momento en la historia de la torre que se había inaugurado meses antes. Esperamos que luego de esta nueva restauración el péndulo vuelva a dar vida a la Costanera de la Ciencia».